"querido Rey Jupiter:
tengo, en primer lugar, que agradecerle que ud. se acordara de mí en estas fechas tan señaladas para la mayoría y en las que nosotros funcionamos tan al margen del mundo entero. también debo darle las gracias por sus cálidos sentimientos, y por mostrarme su aprecio en repetidas ocasiones.
también me hallo, por contra, en la tesitura de informarle que su mensaje del 27 de diciembre (y que por azarosas circunstancias técnicas me llegó el 31 de dicho mes) ya lo recibí quince meses atrás. no es que no lo sospechara antes, de hecho los indicios eran importantes, pero ¿sabe ud.? me hace sentir desgraciado el despertar sólo emociones de archivo. me da la sensación de estar tan archivado como ese viejo y polvoriento sms que el demonio me entregó a domicilio el último día del año.
aprovecho la presente para confesarle que tengo una necesidad imperiosa, vital, de alejar de mí ese sentimiento de desgracia. mi decisión ha sido hacer completo borrón y cuenta nueva, ¿por qué negar que ya casi ni nos conocemos? ¿soy, como me temo, el único de ambos que echa de menos al otro? probablemente sea una de mis teatrales vías de escape al hecho de que simplemente hemos tomado caminos distintos. si es que algún día anduvimos el mismo, ¿am I right?
aunque intentase negarlo, sé que volveré a estar a sus pies el día en que vuelva a llover en el callejón y ud. por placer o por necesidad vuelva a tocar a mi puerta. aún en tan improbable caso volveré a creer en la monarquía y el vasallaje, y me hace sentir bien tener esa certeza. me hace tomarlo todo con más serenidad.
ando buscando un lugar para quemar todas las cartas que escribí y no mandé, y también todas las cosas que ud. me dio, y también los jerséis de lana y los buenos ratos. y en la hoguera echaré también mis anhelos, mis planes del futuro pasado, y todos los comienzos y todos los interludios. y todos los inviernos. y los cielos estrellados y las diarreas y los cambios de humor y mis paranoias. y todo lo demás. quemando esa rebosante caja podremos empezar de nuevo a ser perfectos desconocidos, y algún día tal vez de nuevo reencontrarnos como tales. sigo creyendo en las corrientes circulares del tiempo, aunque hoy no me atreva a decir que cuento con su amistad.
y llegados a este punto, en el que nos despedimos imaginariamente, con esta dudosa telepatía, ya no le doy las gracias por los cafés calientes o los paseos por el desierto. ni por el relicario de momentos especiales. tampoco por el haberme arropado en las noches más frías. puede que ya me haya ganado todo eso. pero sí debo agradecerle el que de una manera u otra (involuntariamente, creo) ud. me ha hecho ser mejor persona. o por lo menos intentarlo con toda mi voluntad. que en un mundo ideal es lo que cuenta.
aquí, en la cima del mundo,
degustando bayas venenosas,
se despide
Cordero,
s.s.s."